Miembro del PRO desde 2011, cuando ingresó para controlar el estado de las obras, lo que llevó a que le pusieran el apodo de “Preceptor”, el ministro de Desarrollo Urbano y Transporte, Franco Moccia, dialogó en exclusiva con Qué. En la charla remarcó los
puntos centrales del plan de infraestructura para lo que queda de la gestión actual y enumeró una serie de cuestiones vinculadas con el armado político de Horacio Rodríguez Larreta.
-Primeros dos años y medio de gestión en la Ciudad. ¿Qué balance hace?
-Tenemos lanzadas todas las obras grandes que teníamos planeadas los cuatro años anteriores a la gestión; y algunas, incluso, terminadas. De las grandes ya están la Villa y el Parque Olímpico. Las del año que viene son el Paseo del Bajo y los viaductos del Mitre y el San Martín. Estamos contentos porque, además, estamos más que al doble de inversión de los últimos cuatro años de la administración de Mauricio Macri.
-¿La clave fue el acceso al financiamiento externo con organismos multilaterales, algo que antes no podían hacer?
-No fue una sola, sino cuatro. La primera es que antes de empezar teníamos muy claro que el plan requería que se diera play a muchas cuestiones desde el 11 de diciembre, porque si no, no llegás. En segundo lugar está que Argentina comenzó a tener acceso al crédito internacional, para hacer infraestructura, con los organismos multilaterales, que es lo usual.
-¿Por temas de tasas?
-Sí. Levantar 50 barreras de trenes no es algo que vamos a disfrutar sólo nosotros, sino que es para cinco o seis generaciones más. Es lógico que se busque financiamiento largo y a tasas accesibles.
-Estábamos en los cuatro puntos…
-Sí. El tercero es trabajar bien en conjunto con el Gobierno nacional. Eso nos abrió un montón de opciones. Antes decíamos: “Supongamos que nos llevamos bien y hagamos el plan sobre esa base”. La posibilidad de tener un diálogo inteligente y rápido nos abrió un abanico de oportunidades, que antes estaban fuera del universo factible. Y la cuarta y última clave es la mirada puesta en el sur de la Ciudad. Si mirás todas las políticas públicas, el impacto es impresionante.
-¿Lo dice por la urbanización de las villas? Porque hay reclamos de que se trata de una zona postergada.
-Tenés las oficinas nuevas, el colector del margen izquierdo de AySA, que, además, es un cambio fundamental para toda la Ciudad; la liberación de la sirga en el Riachuelo, y el parque se va a realizar ahí; la urbanización de las villas 6, 20 y la Rodrigo Bueno; la Villa y el Parque Olímpico con la mejor infraestructura deportiva del país; el puente Lacarra en Liniers; el autódromo; las obras hídricas. El impacto en el sur es realmente masivo.
-Mencionó antes el Paseo del Bajo, que el año que viene va a estar terminado. La obra quedó en el centro de la polémica por la adjudicación del tramo A. Si lo ve en retrospectiva, ¿considera que tendrían que haber sido más rígidos a la hora de otorgar el contrato a una empresa con los antecedentes de Corsán-Corviam?
-Efectivamente, la compañía tuvo problemas en España; de hecho, tuvo convocatoria de acreedores y cambiamos el contrato. Nos hubiera convenido hacer algo distinto. Hoy ya domamos el potro y la obra con el nuevo contratista va bien. Pero en su momento, como sabe, el financiamiento tuvo dos fuentes: el préstamo de la CAF y los inmuebles que vendimos en Catalinas Norte. Todos los contratos, para ser financiados con la CAF, tienen que cumplir las condiciones de financiamiento multilateral; y la verdad es que no podíamos decir “de este tengo sospechas que le va a ir mal”, y bajar a un contratista dentro de la metodología de licitación. Hubiera sido bueno, pero no lo podíamos hacer.
-Hace un año me comentó el plan de barrera cero en la Ciudad. A los pocos días, un tren arrolló a una chica que salía de un boliche en Honduras y Juan B. Justo. ¿Cuánto tiempo más sucederán estas tragedias evitables?
-Con las obras que estamos haciendo, esas tragedias no pueden suceder más. Una ciudad como Buenos Aires no pue-de tener pasos a nivel. Los accidentes en las barreras son fatales. Hay pocos temas que te pegan en tantos cajones como este. Es como que con una bala mates a muchos pájaros. Estamos en este momento eliminando 51 barreras juntas.
-¿Cuáles son los otros temas que se solucionarían?
-Primero, tenés miles de autos, colectivos y camiones que esperan en las barreras. Segundo, te complica la frecuencia del transporte público. Tanto para los colectivos como para el tren, que ahora pasará por arriba, las frecuencias son peores por la existencia del paso a nivel. Tercero, la parte ambiental, por la cantidad de gases que se emanan; y cuarto, que te roban en los pasos a nivel.
-¿Cuántos son los pasos a nivel que se eliminarán para 2019?
-Son ocho en el viaducto Mitre, ocho en el Belgrano Sur y once en el San Martín, más veintidós con el soterramiento del Sarmiento y dos pasos bajo nivel (Nazca y Balbín). Eso da 51. Hicimos 27 desde que asumió Mauricio. Ahí tenés 78, de los 114 que había. Nos van a quedar unos treinta y pico para el próximo mandato.
-Todo esto apunta a empezar con el trabajo del RER en 2019-2020. Si bien la obra no se licitó, ¿todos estos cambios que hubo a nivel macroeconómico van a generar un retraso, o todavía no se realizó la factibilidad financiera?
-Cuando estás haciendo los estudios tenés que tener los proyectos armados, y aprovechar la ventaja de la decisión política de hacerlo y la oportunidad de mercado. Si empezás sin tener esas dos condiciones, no llegaste y se te pasaron cuatro años. Con lo cual estamos trabajando, liderados por Dietrich, en el proyecto. Vamos a tener todo armadito. Si el mercado ayuda, tendremos mejores condiciones; pero la necesidad de reconvertir la ma-triz del transporte público del área metropolitana es fundamental.
-¿En qué sentido?
-Hay pocas ciudades del mundo que se duplican durante el día. En la Ciudad somos tres millones de noche y seis y medio de día. Eso genera un problema de tiempo, que la gente puede aplicar para otras co-sas, como estudiar, estar con sus hijos o ver a Racing.
-Mencionó dos cuestiones deportivas: el Parque Olímpico y el autódromo. ¿Se va a avanzar con el traslado del Cenard?
-Nosotros competimos con los Juegos Olímpicos armando un proyecto para la Ciudad que le vamos a prestar al Comité Olímpico por quince días. No queremos que pase como en Brasil, que tiene dos estadios nuevos en dos ciudades que no tienen equipo de fútbol: Manaos y Brasilia. En el Parque Olímpico, la idea era tener infraestructura deportiva de primer nivel, que permita a los atletas del país poder entrenarse en las mismas condiciones que compiten.
-Muchos deportistas alzaron el grito por la posible mudanza.
-Pero la diferencia de infraestructura es abismal. Hace quince días hicimos la fiesta de la inauguración de las piletas olímpicas, y cuando los nadadores de alto rendimiento la vieron no lo podían creer. Porque la principal de ellas es la única que está homologada en el país.
-¿Cómo ve el armado de Cambiemos y qué expectativas le genera?
-Nuestra fortaleza en la Ciudad es la gestión. Para eso estamos acá. La construcción política es una cuestión suficiente, pero no importante. Si no tenés gestión, la política no te arregla. En todo ca-so te ayuda a ser más efectivo con la buena gestión. Tenemos también, de alguna manera, un mercado político similar. Hay mucha clase media, y todos apuntamos a ese sector. No sólo es bue-no para la Ciudad, sino también para el país, porque es difícil explicar que nuestra coalición no esté del todo completa en el lugar en donde nació el PRO.
LA NOTA COMPLETA EN LA EDICIÓN 3198 DE REVISTA QUÉ |
