“Este es el año de los códigos”, repiten sin cesar los legisladores que responden a Horacio Rodríguez Larreta cuando se encienden los grabadores y las cámaras frente a la consulta sobre los proyectos que se van a tratar en lo que queda del año en la Legislatura porteña, y aunque sus discursos suenan afables, la relación con el jefe de Gobierno porteño no pasa por su mejor momento.
Es que, si bien se van a tratar temas relevantes que sumarán a la autonomía de la Ciudad, según pudo saber este medio, quienes pertenecen al PRO están enfurecidos con el mandamás capitalino porque desde Uspallata no les abren el juego para dar rienda suelta a propuestas propias, sino que tienen la orden de aprobar los proyectos emanados el Gobierno. “En un principio, la idea era tratar las iniciativas enviadas por el Ejecutivo en la primera parte del año y en la segunda me-char con proyectos propios, pero no sucedió”, dijeron fuentes parlamentarias a Revista Qué.
Al enojo de los diputados conbribuye que a los proyectos que llevan la firma de Rodríguez Larreta tampoco se les pueden hacer grandes modificaciones, “porque las órdenes vienen de Uspallata a libro cerrado”, se quejaron. “Se torna aburrido, porque sólo venimos a levantar la mano de los proyectos oficiales”, concluyeron varios miembros del bloque.
El hastío también se generó en asesores parlamentarios; tal es así que se rumorea que ya no redactan proyectos porque tienen la or-den de sacar las leyes del Ejecutivo que quedan en
el tintero. “Larreta quiere aprovechar la mayoría para sacar los cinco códigos y el proyecto UNICABA, que quedó en stand by, y trabajar el Complejo Hospitalario Sur, que aún no entró en la Legislatura, mientras acá pasamos el rato”, dijo una voz legislativa a este medio.
La escribanía larretista envió al Parlamento alrededor de diez proyectos que se aprobaron previo al receso invernal.
Entre ellos se destacan la polémica modificación de la ley de Basura Cero, que cuenta con organizaciones ambientalistas y vecinos en contra, y la idea de Distrito Joven, una deuda pendiente que, gracias a la ma-yoría oficialista, se logró aprobar. Es más, en la última reunión de Larreta con sus legisladores, la única “bajada de línea” que admiten que hubo por parte del jefe de Gobierno fue la búsqueda de consensos para que los códigos salgan con la mayor cantidad posible de votos.
Lejos de leyes propias
Lejos de hablar de iniciativas propias, los legisladores oficialistas señalan que la mayoría de las leyes a tratar requieren 31 votos, pero repiten como casete que “buscarán los mayores consensos”.
Iniciativa oficial: oídos sordos a reclamo vecinal
Uno de los últimos proyectos enviados por el Ejecutivo, que fue de doble lectura y se votó pese a que los vecinos de Saavedra se manifestaron en contra (por la contaminación visual, sonora y la emisión de gases perjudiciales para la salud), fue la instalación de una planta de tratamiento de residuos.
Consenso por sobre todas las cosas
En el afán de aprobar las iniciativas enviadas por el Ejecutivo con “el mayor consenso posible”, como exige el jefe de Gobierno porteño, se realizó un seminario de Derecho Parlamentario y Técnica Legislativa en el Parlamento capitalino. En ese marco, el vicepresidente I de la Casa, Francisco Quintana, dijo que “la gestión de la Ciudad exige una agenda de necesidades por resolver, una mi-rada virtuosa sobre muchos temas pendientes de resolución por los que trabajamos todos los días”. Además instó a “analizar, discutir, mejorar, entre otras, las herramientas para el consenso”; y en ese sentido “reencontrarnos para seguir pensando juntos y continuar construyendo desde la diversidad”. Los temas tratados en la jornada fueron: “El compromiso de la labor legislativa”, “Técnica y política. El método hacia la Ley”, “Política y negociación. Hacia el espíritu de la Ley” y “El rumbo de los consensos”.
LA NOTA COMPLETA EN LA EDICION #202 DE REVISTA QUÉ |
