Revista Qué
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El crimen de la psiquiatra Virginia Franco sigue envuelto en un manto de misterio . Sin embargo, de forma reciente, la familia puso en el centro de la escena a una figura que, para la familia, resulta imposible de ignorar. Se trata de un confidente de nombre Pablo Bozza que administraba las finanzas de la fallecida.
En una entrevista a un medio de alcanza nacional, Armando, quien fuera cuñado de Franco, declara: “Hay que entender que ella era cero con la computadora. Próxima a los 70 años, no manejaba absolutamente nada”. Además, en el mismo relato, advierte que luego de enviudar, la mujer quedó desolada y delegó los asuntos económicos en este hombre. Vale mencionar que lo conoció porque supo ser el esposo de una expaciente.
El día de los hechos, Bozza llamó a la víctima por varias horas y al no obtener respuesta, fue directo a la lugar de los hechos. Allí se encontró con las puertas abiertas, toda la casa estaba revuelta, y encontró a la doctora fallecida.
Minutos después, llamó a la policía y a un vecino para que pudieran presenciar la escena, y ahí fue que se dio inicio a la investigación. Este hombre fue demorado, investigado, pero a las horas recuperó la libertad.
Las personas cercanas a la vivienda de Franco indicaron que, días antes del crimen un grupo de adolescentes circulaban en el fondo de la casa, pero esta pista quedó en la nada.
La causa está caratulada como homicidio agravado, tiene un estricto hermetismo y se trabaja en dos líneas de investigación. Hasta el momento no hay detenidos. Sin embargo, la familia de Franco insiste en que deben centrarse en el hombre que manejaba sus finanzas.se encargaba de los asuntos bancarios, de trámites y de su dinero.