Los médicos informaron que la única opción era la amputación de ambas piernas, y la madre tuvo que decidir en ese momento la autorización para salvar la vida de su hija.
Ya con siete meses debió c...
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Los médicos informaron que la única opción era la amputación de ambas piernas, y la madre tuvo que decidir en ese momento la autorización para salvar la vida de su hija.
Ya con siete meses debió colocarle las primeras prótesis, y así comenzó a aprender a caminar, sumado al esfuerzo de su madre para que Esmeralda tuviera una infancia similar a la de otros niños.
Ese es el comienzo de la historia......
"Fue difícil que incorporara las prótesis. Lloraba cada vez que se las ponía. Era muy duro para mí no quebrarme y sostener mi palabra, pero sabía internamente que era lo mejor para ella. Siempre le hablé con la verdad. Traté de incentivarla y de desdramatizar su problema", cuenta su madre Verónica.
A los dos años y medio su mamá la anoto en el jardín, luego vino el colegio, y años más tarde, se animó a probar los patines en el club deportivo de su ciudad, Chivilcoy.
Cuentan que a Esmeralda le gustó tanto esa sensación de deslizarse sobre ruedas, que pasó semanas practicando en su casa. Cuando volvió al club, ya fue para anotarse en las clases de patín.
"Cuando volvió y mostró lo que había avanzado nadie podía creerlo", cuenta Verónica.
Todos quedaron encantados con los avances que había logrado. A partir de ese momento, se fueron acumulando horas y horas de práctica, errores, caídas y volver a levantarse, una y otra vez.
Ahora, con muchas horas sobre ruedas, ganó confianza en si misma, se siente más segura con su cuerpo, dejó de lado la vergüenza que le daba que vieran sus prótesis, y aceptó las primeras fotos y grabaciones durante las presentaciones en público.
También se animó a participar en campeonatos amistosos y ya tiene en vista su primera competencia provincial.
Según los organizadores, sería la primera nena con una dificultad similar en presentarse en el torneo.
La aún adolescente profesora Claudina (15), es uno de los pilares fundamentales de Esmeralda, de apenas 9 años.
Claudina afirma que comenzó a enseñar patín porque el puesto había quedado vacante, y no encontraban un reemplazo. La mamá Verónica dice que Claudina la protege y cuida de Esmeralda.
"Todo lo que ella supera me emociona y me da mucho orgullo. Desde que la conozco veo muchas cosas de otra manera, y no me hago problema por lo insignificante. Me cambió un poco la vida Esmeralda", sostuvo la profesora.
Claudina también tiene entre sus alumnas a una nena con dificultades motrices, y que también muestra grandes avances.
"Ella es un ángel y formó una relación hermosa con Esmi. No hay otras dos chicas así. Creo que son dos seres superdotados", asegura Verónica.
Y agrega que para ella lo más importante al contar la historia de su hija, es que otros chicos con discapacidad sepan que pueden superarse.
"Cuando estuvo internada en el Hospital Italiano, los médicos me decían que Esmeralda debía tener una misión importante en la vida y por eso, se salvó. A medida que la veo crecer y veo su postura con lo que le pasa, siento que algo de eso puede haber", concluyó.