Juan Manuel Bustamante, alumno de la Escuela Industrial de Río de Gallegos, diseñó unos zapatos con sensores ultrasónicos que detectan objetos de cualquier material, para ayudar a disminuidos visuales y ciegos.
El dispositivo, al que Bustamante llamó Duspavoni, mide la distancia de los objetos e informa a quien los usa a través de vibraciones en el pie,que varían su intensidad según la cercanía de los mismos. Este prototipo ayudaría a las personas no videntes, reemplazando el convencional bastón.
"Tengo una amiga con problemas visuales y ella me mostró que entre los 10 y los 25 años se suele generar un rechazo al bastón. Fue por eso que me propuse crear un dispositivo más discreto, para que se sientan más cómodas y así fue cómo surgió el zapato, ya que es lo más común y se utiliza todo el día", señaló el joven diseñador del Colegio Industrial N° 4 de Río Gallegos.
El dispositivo está montado dentro de la suela de un par de zapatos, el cual contiene tres sensores ultrasónicos -en la parte frontal, en la lateral y la posterior-. Estos, actúan con un sonar, mandando una onda de ultrasonido, la cual rebota contra el objeto y al volver el zapato se encarga de determinar que tan cerca o lejos están los obstáculos detectados.
Todo esto es informado al usuario mediante vibraciones en el pie, ya que en la parte superior de cada sensor se encuentran motores y vibradores, los cuales vibran con mayor o menor intensidad dependiendo de la proximidad del objeto.
Además, el calzado funciona a batería. Una vez que la misma se agota, "se carga a través de un cable usb conectado a la computadora o con un cargador de celular. Su carga completa demora cerca de cinco horas y tiene una duración utilitaria de tres o cuatro días", comentó Juan Manuel.
Asimismo, el zapato detecta objetos de todo tipo: Plástico, cemento, metal, mármol, madera, tela, vidrio, persona, puerta, vigas, animales, autos, camas, arboles y cualquier objeto que se encuentre a un radio de 25 cm del zapato.
Gracias a esta creación, el joven ganó la instancia provincial que se realizó en Río Gallegos y entre el 9 y el 14 de noviembre representará a la provincia en la instancia nacional de la Feria de Ciencias, a realizarse en Tecnópolis.
"Lo principal no es ganar, sino que llegue a la persona que lo necesite. El proyecto es para ayudar, no para ganar el premio o hacerme millonario", destacó.
En este sentido, un dato muy importante a resaltar todos los materiales empleados para la fabricación costó 100 dólares, una cifra considerable, en relación a otros dispositivos ya existentes.Esta creación no presenta precedentes con tales características y podría cambiar la vida de 41500 personas en Argentina, y cerca de 285 millones en todo el mundo.
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