El gobierno que dirige Horacio Rodríguez Larreta presentó los principales ejes de su gestión a través de un plan a largo plazo, en el que predominan expresiones rimbombantes utilizadas a menudo por la administración macrista. El discurso, cimentado en los valores, se basa en cuatro ejes estratégicos. El primero es “El disfrute”, para que reine la “armonía” y favorezca “la convivencia”; el segundo, “Escala humana”, para que sea una ciudad que facilite la movilidad y la accesibilidad y fomente el uso del espacio público; el tercero, “Integración Social”, para promover la “equidad de oportunidades y derechos”, individuales y colectivos de los porteños; y el cuarto, “Creatividad e Innovación”, para que se generen nuevas ideas y asociaciones que produzcan “soluciones originales e impacto positivo en la sociedad”. El discurso larretista justifica, entre otras cosas, el accionar policial en movilizaciones y la implementación de una planta de tratamiento de basura en la comuna 8, así como también la eliminación de los vendedores ambulantes.
Uno de los principales valores de Larreta es “tomar riesgos, equivocarse y aprender de los errores para transformar la realidad para no llegar al final de la gestión arrepentidos”.
Como repiten funcionarios del gobierno, “la inseguridad es la principal preocupación de los vecinos”. Es por ello que “aumentará la capacidad de respuesta” de esa fuerza ante los hechos delictivos y “la dotarán de la última tecnología”. Pero sobre todo, el gobierno quiere “una policía moderna y de vanguardia”, y se basará en cuatro ejes: “Estrategia y Liderazgo”, que busca cerrar “la brecha entre la cultura actual y la deseada”; “Gestión de Capital Humano”, para fomentar el desarrollo profesional y mejorar la calidad de vida laboral; “Comunicación”, para garantizar canales de comunicación efectivos que den a conocer el proyecto organizacional”; y el último, “Comunidad”, para restablecer la confianza de los vecinos en la policía y la institución policial, las famosas Comisarías Cercanas (para que los vecinos se “involucren con la seguridad”). Mucha cháchara, poco en concreto.
Como si planteara un trabalenguas, el desafío del gobierno en término cultural implica que “la gestión cultural pública en la Ciudad no radica ya en la democratización de la cultura sino en la construcción de una democracia cultural”. En este ítem, y fiel a su estilo, el gobierno plantea promover la articulación público-privada, y lo justifica. Gracias al capital privado, “más vecinos e instituciones participarían, aportarían e incorporarían cultura y creatividad. Además, “potencia el desarrollo cultural barrial para que los vecinos descubran, disfruten, creen y compartan cultura cerca de sus casas”. Con esta articulación se facilitaría, según en documento “el ac-ceso y la producción cultural de los sectores vulnerables, para que cuenten con contenidos y herramientas para la producción cultural”.
El plan de gobierno detalla siete principios que reflejan la forma en que actúa el gobierno:
Integración Social: Eliminar al porteño de “segunda”
“Trabajar para que todos los sectores de la sociedad, sin importar su origen, edad, sexo o lugar de residencia, se encuentren integrados a la Ciudad”. Bajo este eje se agrupan todos los programas que buscan “mejorar la estructura de oportunidades de los vecinos”. En este punto, el re-lato expresa que la Ciudad es una sola y el Estado tiene la obligación de velar por la provisión de infraestructura básica y de mejoramiento de la calidad de vida de los sectores más vulnerables. Por eso, la prioridad larretista “está puesta en los sectores más postergados”. “El plan es ambicioso, y por eso se dedica mucho esfuerzo para integrar las villas al tejido urbano, para que no haya ciudadanos de ‘segunda clase’ en la Ciudad, dotándolas de servicios básicos, como agua corriente, cloacas y veredas”.
En su relato, el Gobierno porteño asegura que “trabaja para que cada vez más familias cumplan el sueño de la casa propia”; y afirma que ese anhelo “está en el ADN de la clase media y es sinónimo del progreso de los porteños”. En ese marco celebran que en 2019, más de mil familias vivirán en los departamentos del Barrio Olímpico, y agregan que continúan las acciones conjuntas con el Gobierno nacional, con los créditos Procrear y otras, como los créditos a sectores vulnerables y los programas de facilidades para el alquiler.
Este año, el gobierno de la Ciudad cerró por decreto cinco hospitales para trasladarlos todos a un mismo predio. También dejó afuera de la carrera de salud pública a los enfermeros, y ya es moneda corriente que los profesionales del área radican denuncias por la falta de infraestructura hospitalaria. En ese marco, el Plan de Salud para la Ciudad propone una visión compartida con todos los actores de ese sector, para “desarrollar un sistema de salud en una red de cuidados integrales y progresivos, basado en las necesidades y la participación de la comunidad, que brinde servicios de calidad y eficientes en pos de la satisfacción ciudadana”. La rebuscada propuesta es rediseñar e implementar una red de servicios de salud (“integrada de cuidados progresivos de regionalización preferente”).
Que la Ciudad sea una de las capitales más importantes del mundo es una de las ambiciones de Horario Rodríguez Larreta, y para ello, en sus metas a largo plazo debió incorporar “creatividad e innovación”. “La consolidación de la Ciudad de Buenos Aires como referente de ciudad inteligente en Latinoamérica es clave en las políticas de innovación, tecnología y cultura emprendedora, ya que permite el desarrollo de un entramado entre la ciudadanía y las posibilidades de construir un ecosistema de cocreación y participación”, justifica el plan.
Entre los principales ejes educativos aparecen “mejorar la calidad, equidad, sustentabilidad educativa, orientar la escuela hacia el futuro y promover el concepto de Ciudad Educadora”. La falta de vacantes es moneda corriente en la Ciudad, pero según los ejes, el gobierno “garantizará el acceso y permanencia de niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad socioeducativa a propuestas educativas de calidad”. La mercantilización de la educación también sigue en pie, ya que se vinculará “la escuela con el mundo del trabajo y los alumnos mayores de 16 deberán hacer prácticas (laborales) relacionadas con la producción y prestación de bienes y servicios”. Pese al rechazo de toda la comunidad educativa por la eliminación de los 29 profesorados, se creará la Universidad Docente (UniCaba), “con el objetivo de formar a los futuros docentes desde su inicio de una manera vanguardista, moderna y versátil, que se adapte a los cambios y a las exigencias de la escuela de hoy y del futuro”. Y aunque existen escuelas galpones buscarán “incrementar la infraestructura escolar”.
El cierre de las salas de jardines maternales en CABA y la reubicación en Centros de Primera Infancia (CPI) son repudiados por padres en situación de maternidad. Entre los ejes para Desarrollo Social avanzarán con el “fortalecimiento” de los CPI. La Dirección de Estadística porteña anunció que hay 59.000 indigentes más que hace un año, por lo que “se continuarán promocionando y fortaleciendo programas que atienden a las personas que se encuentran en situación de calle o de emergencia habitacional”, y se aumentará “la capacidad de atención en Paradores y Hogares de Tránsito”, aunque desde la AGCBA denunciaron el mal estado de esos espacios.
“Cada vez más gente elige las ciudades para vivir. Esta elección trae consecuencias positivas, como la mayor interacción social, progreso económico y la mejora de las relaciones sociales”. Pero también “trae aparejados profundos desequilibrios en la relación del hombre con su entorno”, señala el plan de acción larretista. En este punto hace referencia a la separación de la basura en origen; el recambio de bombitas por luces LED; la modificación de la ley de Basura Cero, que permitirá instalar una planta para quemar basura. “La movilidad es uno de los temas más importantes”, expresa el documento, y detalla que ingresan más de tres millones y medio de personas a la Ciudad; entonces, Larreta quiere “incrementar y mejorar la oferta (mejoras en el subte, viaductos, paso bajo nivel, etcétera)”. También hace referencia a la “Regeneración urbana y el mantenimiento del espacio público”, ya que “para el Gobierno es muy importante el estado de los espacios que comparten los vecinos. Aquí entra el negocio de las veredas y la millonaria puesta en valor del espacio público. |