Las autoridades porteñas hicieron todo el pago por adelantado a través de una transferencia internacional del Banco Ciudad. Pero en el medio, la empresa cambió las condiciones: avisó que por disposición del gobierno chino, los test (que se fabrican en ese país) ya no serían los mismos, sino otros empaquetados "en inglés" y disponibles para la exportación según la normativa de ese país. Según el Boletín Oficial de la Ciudad el 11 de Abril, el gobierno porteño aceptó las condiciones pero pidieron adquirir 182.000 unidades en vez de 300.000 por el valor de los mismos que aumentaron un 75 por ciento la unidad. que pasó de costar US$5,9 a US$9,7. Ante las demoras, las autoridades reclamaron y, luego, decidieron cancelar definitivamente la compra: recuperaron el 85% de lo pagado -según fuentes oficiales- y entraron en una negociación con el intermediario de Singapur para que le devuelvan el 15% restante. Es decir, unos $18 millones, según su equivalente en pesos al cambio oficial. Pero el intermediario se niega a devolver ese dinero al considerarlos "gastos no reembolsables" de la operación. "Ante el incumplimiento de los tiempos acordados para la entrega, el Ministerio de Salud tomó la decisión de rescindir el contrato por la suma de US$ 1.770.000 y solicitar el reembolso total del dinero. Como consecuencia, el gobierno ya recibió el 85% del costo abonado", aseguraron desde el Ministerio de Salud porteño. "Además, se está llevando adelante un reclamo para recibir el 15% restante que la empresa alega como gastos 'no reembolsables', algo que no se encontraba debidamente detallado en su oferta inicial", agregaron desde la cartera sanitaria. Desde el gobierno porteño adelantaron que, en caso de no llegar a un acuerdo con la sociedad intermediaria, se evaluarán los pasos a seguir, aunque la complejidad de llevar a tribunales a una empresa de Singapur -aseguran las fuentes oficiales- no sería la forma más efectiva de recuperar el dinero, según constató LN. |