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"Nos resulta llamativa la postura del Gobierno Nacional de autorizar la realización de un proceso electoral de un país extranjero en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, mientras su ministro de Educación afirma que las escuelas todavía no son lugares seguros para recibir a una cantidad considerablemente menor de estudiantes que la que se acercará a las escuelas a votar", señala una parte del comunicado que emitió el radicalismo porteño para manifestarse en contra de la decisión del gobierno de abrir las escuelas para las elecciones bolivianas que se llevarán a cabo el 18 de octubre en ese país.
"Esta contradicción implica que no es necesario proteger a los ciudadanos de este país extranjero de potenciales contagios o que la negativa a autorizar el funcionamiento de las escuelas bajo los protocolos propuestos responde a criterios que no son epidemiológicos", remarcan.
"Estamos observando los impactos negativos que la pandemia ha tenido en los niños, niñas y adolescentes. Estos problemas abarcan desde aspectos netamente educativos, como la pérdida de aprendizajes, hasta aspectos relacionados a la socialización y, en algunos casos, a la vulneración de derechos para cuya detección la escuela es clave. La educación remota, especialmente para los alumnos y alumnas más vulnerables, no es capaz de resolver estos problemas".
El texto completo del comunicado:
La educación es uno de los principales derechos que se vieron condicionados en esta etapa de pandemia y aislamiento social. La educación argentina como un todo atraviesa una crisis agravada por la creciente desigualdad estructural y empeoramiento de las condiciones de vida de amplios sectores de la población. La escuela, en estas circunstancias, es una de las instituciones más afectadas, ya que debieron cerrar sus puertas, suspender sus actividades presenciales y reemplazarlas por las remotas, con nuevas herramientas y dispositivos.
Prácticamente desde el inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) estamos observando los impactos negativos que la pandemia ha tenido en los niños, niñas y adolescentes. Estos problemas abarcan desde aspectos netamente educativos, como la pérdida de aprendizajes, hasta aspectos relacionados a la socialización y, en algunos casos, a la vulneración de derechos para cuya detección la escuela es clave. La educación remota, especialmente para los alumnos y alumnas más vulnerables, no es capaz de resolver estos problemas.
Desde hace algunos meses, la sociedad en su conjunto está discutiendo qué formas de presencialidad son viables en el marco de la evolución de la pandemia de COVID-19 en la Ciudad de Buenos Aires. La discusión se centra en encontrar el equilibrio entre brindar una respuesta educativa más efectiva a los estudiantes más vulnerables y cuidar la salud de todos los integrantes de la comunidad educativa. En este sentido, los ministerios de educación de la Ciudad de Buenos Aires y de la Nación están trabajando y discutiendo protocolos para lograr este equilibrio.
En este marco, nos resulta llamativa la postura del Gobierno Nacional de autorizar la realización de un proceso electoral de un país extranjero en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, mientras su Ministro de Educación afirma que las escuelas todavía no son lugares seguros para recibir a una cantidad considerablemente menor de estudiantes que la que se acercará a las escuelas a votar. Esta contradicción implica que no es necesario proteger a los ciudadanos de este país extranjero de potenciales contagios o que la negativa a autorizar el funcionamiento de las escuelas bajo los protocolos propuestos responde a criterios que no son epidemiológicos.
Es tiempo de recuperar la escuela como lugar seguro, con propuestas concretas y cuidando a sus actores. Esto necesariamente implicará múltiples adecuaciones pedagógicas, de infraestructura, de recursos humanos y materiales de manera gradual y prestando especial atención a las poblaciones más vulnerables. Lo que esta situación modifica y modificará no sólo
atañe a las modalidades (presenciales, remotas o mixtas), sino que esencialmente impactará en las maneras de aprender y de enseñar, redefiniendo el contexto y las condiciones donde esos procesos se desarrollan.
Desde UCR Evolución consideramos que es prioritario atender la crisis educativa que atraviesa la Argentina y alentamos, una vez más, la apertura a un diálogo abierto y plural con todos los sectores políticos, especialistas y otros actores relevantes del sector, con el fin de establecer criterios, acordar acciones y resolver los problemas consecuentes de la pandemia, con el fin de garantizar alternativas para un regreso a las aulas en el corto plazo.