Represión en el Borda: procesaron al funcionario larretista Ricardo Pedace

El ex subjefe de la disuelta Policía Metropolitana (PM) y actual director de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Ricardo Raúl Pedace, fue procesado por la represión en el hospital neurosiquiátrico Borda, el 26 de abril de 2013, confirmaron hoy fuentes judiciales.

La medida fue dictada por la sala V de la Cámara Nacional Criminal y Correccional, por presunto abuso de autoridad en concurso con lesiones leves a 32 damnificados, entre ellos a pacientes, personal médico y de enfermería, legisladores, trabajadores y periodistas que cubrían operativo policial.

Por disposición del Ministerio de Seguridad, la PM había sido desplazada esa mañana al neurosiquiátrico para brindar seguridad en ocasión del desalojo y demolición del “Taller Protegido 19”, para posibilitar una obra impulsada por el Ministerio de Desarrollo Urbano del gobierno porteño. 

Durante años Pedace estuvo sobreseído porque se consideró que, aunque ese día se hallaba en el lugar, como subjefe de la PM, debía sujetarse a lo que ordenara el entonces titular de la fuerza, Horacio Giménez, también implicado en la causa.

Pero meses atrás la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional revocó los fallos de instancias inferiores que favorecieron a Pedace porque “la situación era confusa”, que no advirtió la represión policial o que obedeció órdenes que no resultaban manifiestamente ilegales.



En la resolución dictada anteayer por la Sala V (ahora con distintos magistrados) se concluyó que Pedace habría ejercido su cargo de un modo contrario a la norma que regula su desempeño, la Ley 2894 de Seguridad Pública de la CABA.

Los camaristas Ignacio Rodríguez Varela, Hernán López y Magdalena Laiño acotaron que Pedace habría omitido tomar las medidas a su alcance para evitar el “torpe y desproporcionado accionar policial”, y las consecuencias que el mismo provocó. 

Recordaron que, según el sumario, ese accionar “implicó arrojar gas pimienta directamente en el rostro de los ciudadanos, golpear hombres y mujeres con tonfas y escudos, propinarles puntapiés, incluso cuando se hallaban caídos en el piso, dispararles postas de goma a escasa distancia por encima de la cintura, a la cabeza e incluso por la espalda”.

Los camaristas concluyeron sobre la materialidad del hecho y la responsabilidad que le cupo a Pedace quien, “frente al conocimiento real y efectivo de que se estaba llevando a cabo un procedimiento irrazonable y excesiva de las fuerzas policiales”, como “alto funcionario policial a cargo”, debió evitar la conducta lesiva.