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Miércoles, 24 abril 2024
LEGISLATURA PORTEñA
6 de noviembre de 2019

Arrasó pero no alcanzó

El oficialismo en la Legislatura porteña logró sumar una banca más de la esperada. Aunque tendrá mayoría simple deberá negociar con el peronismo leyes claves que requieran más de 40 votos, ya que se posicionó como la principal fuerza opositora dentro del recinto.

Arrasó pero no alcanzó - Revista Que

El jefe de Gobierno porteño hizo una elección histórica y se consagró como el primer candidato en ganar los comicios sin tener que pasar por un balotaje en la Ciudad, desde su autonomía, en 1994. Es que Horacio Rodríguez Larreta arrasó con casi el 56 por ciento de los votos, en un evento político que fue calamitoso para el macrismo, y se posicionó como el único ganador que le permitirá sobrevivir al PRO en el distrito que lo vio nacer hace doce años.

Para poder lograr la victoria, Larreta supo armar acuerdos y aliar otras fuerzas políticas al oficialismo (los radicales y el socialismo), que durante su primera gestión al frente de la Ciudad se mantuvieron críticas y opositoras al Gobierno porteño. Lo cierto es que la maniobra que llevó a cabo el manda-más con el cierre de listas fue clave para su reelección, y aunque dejó a muchos funcionarios propios heridos o “traicionados”, los principales lugares fueron para los nuevos aliados políticos. De esa manera les aseguró al radicalismo y al socialismo la renovación de sus bancas en el Parlamento.

Con el porcentaje obtenido en las elecciones, el nuevo oficialismo (PRO, Confianza Pública, Coalición Cívica, Partido Socialista, Evolución) sumó un escaño más de los que tenía previsto (retuvo 17 de los 21 lugares en juego), y aunque perdió cuatro de los que ostentaba (41), mantendrá el quorum propio en el recinto (37 bancas en total). 

Eso le permitirá aprobar leyes que necesiten mayoría simple sin tener que negociar con la oposición. Pero no todo es color de rosa para el larretismo porteño. Es que, pese a que su principal competidor electoral, Matías Lammens, no pudo arrebatarle la Ciudad, ni siquiera competir en un balotaje, sí logró que el Frente de Todos se posicione como la principal fuerza opositora a Juntos por el Cambio (el peronismo llegó al 35% de los votos en las generales, el número más alto en toda su historia, y por primera vez ganó dos comunas: la 4 y la 8, ubicadas al sur de la Ciudad) y sumó 17 bancas al recinto. 

A partir de ahora, el jefe de Gobierno, a quien sus propios discípulos halagan por saber dialogar con todos los espacios, deberá consensuar leyes que requieran mayoría especial, es decir, más de 40 votos (como concesiones -fenómeno habitual en la Ciudad- y modificación de códigos), con el nuevo peronismo y con los demás bloques opositores. Salvo las bancadas de la izquierda (FIT y AyL), con las que es casi imposible negociar para el oficialismo, Larreta deberá buscar los votos en las alianzas restantes; pero sí o sí necesitará el visto bueno del peronismo, ya que tanto el GEN como Consenso Federal cuentan con un legislador cada espacio, y el mandatario capitalino necesitará, al menos, un voto más. Los acuerdos que se logren con el principal espacio opositor dependerán de la discusión interna y del equilibrio que mantengan los sectores que componen al peronismo.

Es que en el Frente de Todos, el panorama también se plantea cuesta arriba, ya que la fuerza que tiene una composición variopinta -logró unir a progresistas, peronistas y kirchneristas para combatir al PRO en la Ciudad-, también tiene sus propias diferencias. Cabe recordar que en 2016, el entonces llamado Frente para la Victoria se fracturó por mantener fuertes diferencias en “las formas de hacer política”. Desde allí conviven en el recinto, al menos hasta el 10 de diciembre, Unidad Ciudadana (UC) y el Bloque Peronista (BP), que volvieron a unirse en las listas para tratar de combatir al macrismo en la Ciudad (ver cuadro). 

De conformarse un bloque único, el titular del Ejecutivo porteño tendrá la ardua tarea de negociar con el kirchnerismo duro, aunque su as bajo la manga es el espacio que conduce María Rosa Muiños (BP), con quien ha podido generar consensos fructíferos a la hora de votar leyes. 

Cabe recordar que el peronismo ubicó en primer lugar de la nómina a legisladores a Claudia Neira, militante del Nuevo Espacio de Participación (NEP), armado político ideado por Juan Manuel Olmos, cercano a Alberto Fernández y quien ha sabido mantener vínculos con Rodríguez Larreta y la Justicia porteña. 

La incógnita del presidente de bloque
Apenas se dé el recambio legislativo, el oficialismo porteño quedará acéfalo, ya que al actual presidente de bloque, Daniel Presti, se le termina el mandato. Uno de los nombres que danzan para ocupar ese cargo es el de Diego García de García Vilas. Sin embargo, desde el PRO dijeron a Revista Qué, que ese cargo suele ser ocupado por un legislador propio. “Si bien Diego es parte de nuestro bloque viene de Confianza Pública, y si seguimos la tradición del PRO, el cargo deberá ser para un macrista”, señalaron desde Perú 160. Presti será presidente sólo por dos meses. Gracias al gesto de sus compañeros de bloque se retirará del Palacio habiendo ocupado ese cargo. 

Autonomía de los bloques
Cada bloque cuenta con recursos propios, como contratos de personal o tiempo para exponer en las sesiones. En los casos de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos se reducirían si cada uno formara un bloque único.

Los radicales, reacios al bloque único
Todo indicaría que a partir del 10 de diciembre, Juntos por el Cambio buscará conformar un bloque único con todas las fuerzas que fueron parte de las listas en las elecciones generales de octubre. Sin embargo, los legisladores que responden a Martín Lousteau tratarán de ser parte de un interbloque oficialista, como trabajaron el último tiempo dentro de la Legislatura. Pero desde el Larretismo esperan un gesto político, ya que el jefe de Gobierno les aseguró la renovación de las dos bancas que estaban en juego: la de Patrcia Vischi, que se ubicó sexta en la lista de legisladores, y la de Marcelo Guouman, que fue en el undécimo lugar de la nómina. Lo cierto es que mantenerse en bloques separados le da-ría autonomía económica al radicalismo.

Fractura o unidad peronista
Como es de público conocimiento, en el peronismo porteño no todo es color de rosas. Si bien supieron dejar las diferencias de lado y unirse, a la hora de conformar las listas, para las elecciones bajo el lema “derrotar al macrismo en la Ciudad”. Lo cierto es que las diferencias no han sanado y ese viejo dilema podría volver a resaltar en la Legislatura porteña. Según pudo saber este medio, Desde peronismo consideran que  funcionan mejor como interbloque. Mientras que desde Unidad Ciudadana (los K), buscarán unir el espacio y fortalecer la alianza.

Fernández podría tener la decisión final
Alberto Fernández, que asumirá como jefe de Estado el 10 de diciembre, sería quien determine cómo trabajará el peronismo en la Ciudad.

El peronismo sumó más de lo pensado
El PJ porteño ponía en juego seis bancas y terminó quedándose con once; y con 17 el interbloque (Unidad Porteña) que conforman el peronismo y el kirchnerismo, que se transformará, a partir del recambio legislativo, en uno de los interlocutores claves del oficialismo de la Ciudad.

El nuevo escaño opositor
Consenso Federal es la nueva incorporación en la Legislatura. Obtuvo una banca, que ocupará Eugenio Casielles, quien podría trabajar en consonancia con Sergio Abrevaya, del GEN. Eugenio Casielles (35 años), contó que su acercamiento a la política fue gracias a la figura de Eduardo Duhalde, en plena crisis del 2001. “Después de tener cuatro presidentes en 12 días, Duhalde fue capaz de ponerle el pecho a la situación”. En 2011 trabajó en la campaña presidencial del exgobernador bonaerense y ex vicepresidente de Carlos Saúl Menem.

El gesto político de Larreta
El mandatario capitalino logró reunir a casi toda la oposición bajo el paraguas del oficialismo. Premió a esos espacios con los lugares en las listas para Evolución, el socialismo y Confianza Pública.

Forchieri y Santilli, los negociadores PRO
Durante 2018, el jefe de Gobierno logró aprobar códigos trascendentales para la Ciudad, que necesitaron 40 votos para su aprobación. Al parecer, con la nueva composición, deberá negociar, sí o sí, con el peronismo para sancionar leyes que requieran mayoría agravada. La tarea de negociación estará en manos del flamante vicepresidente I, Agustín Forchieri, y el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli.

Balance de campaña
El jefe de Gobierno porteño mantuvo un encuentro con los legisladores de Vamos Juntos y los electos para realizar un balance de campaña.

Luis Zamora perdió peso en CABA
El espacio AyL perdió peso en la Legislatura. A partir del 10 de diciembre, Marta Martínez será la única representante de Zamora en el recinto.

Incorporación de una legisladora en el FIT
Hija de desaparecidos, Alejandrina Barry es otra de las incorporaciones de la Legislatura porteña. Será parte del Frente de Izquierda-Unidad. La legisladora trabajará junto a Myriam Bregman y a Gabriel Solano.

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