El Gobierno de la Ciudad confirmó que dará marcha atrás con la nueva ley que regula la actividad de médicos residentes y concurrentes. La norma había generado un amplio rechazo de distintos sectores de la Salud, por considerar que precariza aún más sus condiciones laborales. Los médicos de paro anunciaron que seguirán con la medida de fuerza hasta que la ley quede sin efecto. “Se decidió no avanzar con esta ley hasta tanto se generen los consensos de todos los actores involucrados, especialmente los residentes y concurrentes”, indicaron desde el Ministerio de Salud porteño. Lo cierto es que los legisladores oficialistas debieron salir a dar la cara a través de un proyecto de resolución que se tratará sobre tablas para dejar sin efecto la sanción votada en la sesión ordinaria del pasado jueves 28 de noviembre, ya que la ley no será derogada porque no llegó a ser promulgada, ni publicada desde el Ejecutivo porteño. "No vamos a levantar el paro hasta que efectivamente se suspenda la ley. Logramos un compromiso escrito del Ejecutivo para que el Legislativo suspenda esta ley y se haga una nueva con el conjunto de los trabajadores de las residencias y concurrencias. Eso es lo que nos dicen”, contó Emilio Borlenghi, residente del hospital Rocca y delegado por la Facultad de Medicina de la Asociación Gremial Docente de la UBA (AGD-UBA). El régimen votado el jueves, que precarizaba la actividad de médicos residentes y concurrentes que se desempeñan en el sistema de salud porteño, había conseguido la aprobación de la Legislatura en una sesión caldeada, que incluyó gritos e insultos dentro del recinto, y represión por parte de la fuerza de seguridad de la Ciudad en la puerta del Palacio capitalino para dispersar a los manifestantes. “Nos están sacando de una ordenanza que es vieja, pero que al menos ataba nuestra propuesta salarial anual a la de la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad y a la de la Federación de Profesionales. La nueva establece una negociación aparte, lo cual podría ir en desmedro de nuestro sueldo“, explicó Borlenghi. También criticó que se fijen 64 horas semanales de trabajo y no se las divida en cargas diarias, “porque entonces pueden convertirse fácilmente en guardias“. Mientras que el Ministerio de Salud porteño había hecho énfasis en la formación que este tipo de programas representa, el delegado lo cuestiona ya que considera que “en las guardias muchas veces cubrís baches de otras especialidades, y eso va más allá de una práctica estrictamente formativa. Queremos que nos consideren trabajadores”. |