En el presente, Los investigadores de la Universidad de Utah (USA) desarrollaron un sensor que, a través de un método sencillo, que implica toser, estornudar o soplar, detecta la presencia del coronavirus en un dispositivo. El aparato funciona de forma independiente o vinculado a una aplicación móvil. Su operatividad requiere de la información genética del COVID-19. De esta manera, si detecta la presencia de mucosa o saliva que son expulsadas por la persona se obtienen los resultados en un minuto. La prueba es ideal para aplicarla en eventos masivos públicos, como espectáculos o aeropuertos, pues no requiere de mayores estructuras más que un soporte con acceso a internet. Asimismo, el mentado detector podrá volver a utilizarse, porque la muestra se elimina con un impulso eléctrico. Este método permite testeos masivos, con un sistema poco invasivo. Esperan que esté listo a fines de julio. Vale mencionar que su precio ronda los 55 dólares. |