A lo largo del año y especialmente durante la época estival, numerosas variedad de dietas surgen como la salvación para bajar el exceso de peso o los kilitos demás… Y es que este tema es algo que preocupa a todos.
Pero, más allá de la estética, la obesidad es algo que inquieta a nivel mundial debido a que en los últimos años las elevadas estadísticas que van en ascenso encendieron la alarma.
Normalmente oímos de dietas alta en proteínas, bajas en grasas, más equilibradas… Sin embargo, los estudiosos de la Universidad del Sur de Australia descubrieron algo verdaderamente insólito: comer tierra puede ayudar a bajar de peso. Según explicaron, la arcilla tiene la posibilidad de absorber gotas de grasa en el intestino.
Al respecto, el científico Tahnee Dening detalló: "Estaba investigando la capacidad de los materiales de arcilla para mejorar la administración oral y la absorción de fármacos antipsicóticos, cuando noté que las partículas de arcilla no se comportaban como esperaba. En vez de descomponerse para liberar medicamentos, los materiales arcillosos atacaban las gotas de grasa y, literalmente, las absorbían".
Pero eso no fue todo, el experto explicó que los materiales arcillosos no sólo atrapan las grasas, sino que además evitan que estas sean absorbidas por el organismo.
Estos novedosos e insólitos descubrimientos, hicieron pensar a Dening en la posibilidad de encontrar una potencial cura para la obesidad.
Como explicamos al inicio, ésta afecta cada día a más personas en todo el mundo y se ha convertido en uno de los mayores problemas de salud de la sociedad moderna. Y es que ella viene acompañada de numerosos riesgos: enfermedades cardiovasculares, diabetes o algunos tipos de cáncer.
Si bien la idea de ingerir tierra no suena muy atractiva, no es algo nuevo. A nivel mundial existe un pequeño grupo de personas que lleva a cabo esta particular dieta. Según informe de 2014 realizado por Sera Young, investigadora de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York, la forma común de comer tierra es hervirla, la cual podría proteger al organismo contra invasores como gérmenes y parásitos.
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