Argentina
Jueves, 2 mayo 2024
MICROESTADIO ATLANTA
31 de enero de 2019

La polémica que no para

La obra para que la Ciudad cuente con el estadio cerrado más grande del país avanza. Los vecinos de Villa Crespo ponen el grito en el cielo por los cambios bruscos que sufrirá el barrio. Fueron a la Justicia para frenar el emprendimiento que gestionó el club en tierras que le cedió el Gobierno.

La polémica que no para - Revista Que

La historia sobre el predio que el gobierno porteño le cedió en comodato, por 40 años, al Club Atlético Atlanta, en el que se instalará el microestadio cubierto más grande del país, “Buenos Aires Arena”, viene de larga data. Y, como relató Revista Qué en su edición #129, arrastra un fin de irregularidades políticas y económicas relacionadas con las maneras en las que se gestó el proyecto, y en cómo se modificaron algunas normas para que la construcción de un microestadio sea viable sin consultar a los vecinos.

Pero esta vez los habitantes de Villa Crespo (comuna 15) no se quedaron de brazos cruzados cuando vislumbraron que tamaña obra modificará de manera radical la fisonomía del barrio y su estilo de vida, además de violar la ley de leyes de porteña.

El microestadio tendrá 28.715 metros cuadrados (11.357,50 m2 más que los del proyecto original), capacidad para 16 mil personas, y no contará con estacionamiento propio. Por esta razón, vecinos autoconvocados, en conjunto con la Fundación Ciudad y el patrocinio del Observatorio del Derecho, realizaron una Acción de Amparo colectivo para solicitar la nulidad de los permisos ambientales otorgados para la construcción y funcionamiento del Estadio Cubierto de Atlanta. Por ahora no tienen respuestas.

Lo cierto es que cuando se construyen estos espacios de grandes magnitudes, se hacen en las periferias de las ciudades (como los estadios Arena montados en Nueva York, Berlín, Madrid y recientemente el de Montevideo) para evitar inconvenientes sociales y ambientales, que suelen generarse por el gran flujo de circulación de personas.

Para este tipo de obra existe una reglamentación, que obliga a que todos los proyectos que superen los 5 mil metros cuadrados deben pasar por una instancia llamada Estudio de Impacto Ambiental, y cuando el proyecto se considera de “impacto relevante” debe pasar por una audiencia pública. Sin embargo, la Agencia de Protección Ambiental (APRA), categorizó la obra "sin relevante efecto ambiental”, y evitó la audiencia pública.

El arquitecto especializado en gentrificación, Silvio Schachter, explicó a Revista Qué que “APRA se basó en el centro deportivo barrial para categorizar la obra y no en un estadio que va a tener capacidad para 16 mil personas, alrededor de 26 mil metros cuadrados, y que va a movilizar alrededor de 1.500 a 2000 autos”. En ese sentido, detalló que “es una superficie de 10 mil metros cuadrados de cubierta, por lo que el habrá impacto pluvial. Las aguas de lluvia van a ser enviadas a los canales pluviales, teniendo en cuanta que al lado está el arroyo Maldonado, un área que ha producido numerosas inundaciones en las zonas aledañas. Además están los afluentes cloacales, el impacto sonoro, la recolección de residuos, el espacio de estacionamiento para el equipamiento logístico, etc. Todos esos elementos son de alta relevancia ambiental, pero la agencia que dirige el PRO decidió que no era relevante, por lo cual pudieron evitar la audiencia pública”, enfatizó.
 

Es decir, que el gobierno porteño soslayó el cumplimiento de la ley N° 123 de Evaluación de Impacto Ambiental, que estipula que previo a montar un estadio se debe desarrollar un procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental, catalogado “con relevante efecto”, que implica elaborar un estudio de impacto ambiental y luego convocar a audiencia pública obligatoria para que la ciudadanía pueda expresar su valoración de la obra. Nada de eso pasó con el “Arena Buenos Aires”.

En ese sentido, los vecinos de Villa Crespo señalaron a este medio que nunca se los convocó, y que sólo han podido expresar su descontento en las reuniones de vecinos que realiza el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Pero nunca les dan una respuesta, Dicen que “se lavan las manos poruqe el estadio es un negocio que hizo el Club Atlético Atlanta con el grupo económico que contrató a la empresa AEG WAY”,  que tiene la marca Arena en el mundo. Pese a la resistencia vecinal, el estadio avanza y será inaugurado con bombos y platillos a mediados de este año.

La historia de nunca acabar
Con la sanción de la ley 1.643 el gobierno porteño declaró el inmueble de “utilidad y sujeto a expropiación” y le entregó el predio (ubicado en la calle Humboldt) en comodato a Club Atlético Atlanta, para que mejore y agrande sus instalaciones.

Pero en 2012 La Ley 4.270 sustituye el artículo 3 de la Ley 1.643 de comodato, y se añade destinar 2.500m2 a la construcción de una escuela y un diez por ciento a espacio verde. En diciembre del mismo año las autoridades del club acuerdan con la empresa Lugones Center, que no tenía respaldo ni empleados, a hacer el estadio polideportivo. A los dos años, la empresa quiebra, el techo de la obra se derrumbó y quedó clausurada. Ya en 2017, con el apoyo casi unánime de los legisladores porteños se sanciona la ley 5.874 que modificó las dos anteriores, y se amplió la capacidad del estadio. Se concesionó el predio por 40 años y se establece la extinción impositiva del lugar.

Leyes violadas
La Agencia de Protección Ambiental, vio-la los arts. 1, 27 y 30 de la Constitución porteña y el art. 13 de la Ley N° 123 con la Disposición de la Dirección General de Evaluación Técnica N° 2015-1098-DGET, y de la Disposición de la Dirección General de Evaluación Ambiental N° 2018-1210-DGEVA, que categorizó al proyecto Estadio Buenos Aires Arena con impacto ambiental “sin relevante efecto”.


“No aporta culturalmente nada”
Para el arquitecto Silvio Schachter “el argumento de que es una obra necesaria para la Ciudad que tiene que ver con la imagen de la sociedad del espectáculo y la cultura del espectáculo no es cierto” y explica que CABA “puede prescindir de este tipo de lugares porque no aporta culturalmente nada a la ciudadanía ni al tejido social ni a los vecinos. Hay otros estadios en la Ciudad que cumplen esa función, como el Luna Park, que se lo ha denunciado como obsoleto, existe a 30 cuadras de donde se quiere imponer este proyecto, el estadio Malvinas Argentinas, donde han participado artistas de primera línea mundial y principales bandas de rock de Argentina, sin generar ningún tipo de conflicto porque es un estadio que está localizado en una zona que no es residencial, una capacidad con 10 mil espectadores”, señaló el arquitecto  Schachter.

Aval del Código Urbanístico

EL Código Urbanístico, que regula las habilitaciones y permite este tipo de construcción en la Ciudad, a través de la mixtura de usos, habilita que en zonas residenciales se puede generar y estimular la incrementación de comercios de gran magnitud. Pero el término Microestadio no existe en el Código Urbanístico. 

Canon en alza
Según pudo saber este medio, el canon que Atlanta recibe es de cincuenta mil dólares por mes y cuando el microestadio comience a funcionar, aumentará.

Apoyo casi unánime
La norma que habilitó la construcción del microestadio en Atlanta, contó con el apoyo de 46 legisladores de diferentes bloques, salvo los espacios de izquierda, y Evolución, que en ese momento se llamaba Suma + (responde a Martín Lousteau).

Gorbea: “Por arte de magia”
La presidenta del bloque Evolución, Inés Gorbea que votó en contra de la ley 5.874 señaló “tratamos de analizar  y votar de acuerdo a si son las prioridades correctas, y en este caso nos parecía que se debía cumplir con la ley 1.643 para que se construya la escuela, espacio verde, ampliación de la sede y un polideportivo para el club Atlanta, todo lo demás apareció por arte de magia”.

Caso omiso al Código
El Código de Edificación de la Ciudad establece que edificios con la característica del Microestadio de Atlanta deben contar con estacionamiento, pero no será en caso de este proyecto.

Audiencia Pública
El 13 de septimebre de 2017 hubo una Audiencia Pública pero los vecinos nunca se enteraron. En la misma se trató “la construcción de un Miniestadio cubierto destinado a actos culturales y deportivos y la creación de y de una escuela de nivel inicial y la preservación de un 10% de la superficie del predio como espacio verde, según se publicó en la página oficial de la legislatura.

Una obra con fecha de inauguración
El diario La Nación, propietario de la compañia que construirá y explotará el “Buenos Aires Arena”, afirmó que el estadio alberguará más de un centenar de shows por año (tres por semana), que tendrá capacidad para 12.000 espectadores sentados, y la posibilidad de expandirse para alojar a 16.000. Además afirman que la obra se inaugurará en el segundo trimestre de 2019 y que para “llevar adelante el emprendimiento convocó a la compañía de entretenimientos más grande del mundo, AEG Worldwide, que opera más de 120 arenas en todo el planeta”.

 

LA NOTA COMPLETA EN LA EDICIÓN #816 DE REVISTA LA TECLA

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