Revista Qué
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Durante el último mes, un análisis de Monitor Digital confirmó que Javier Milei continúa siendo el dirigente más mencionado del país y el único que mantiene centralidad en la conversación pública, pese al deterioro general del clima político y social.
En redes sociales, su figura conserva una presencia dominante, aunque rodeada por un tono generalizado de crítica y fatiga ciudadana. En los medios tradicionales, en cambio, su tratamiento tiende a ser más analítico y menos emocional: el presidente sigue siendo el centro del debate, pero también el principal receptor de las responsabilidades y conflictos del Gobierno.
El resultado, según el informe, es un mapa digital paradójico: la conversación necesita de Milei para existir, pero lo castiga por la misma exposición que lo sostiene en el foco.
La nube de palabras relevada por Monitor Digital muestra que los términos más mencionados fueron “Gobierno”, “Elección” y “País”, lo que sugiere que cuando los usuarios hablan del país, hablan de Milei. En la práctica, la discusión digital se organizó casi por completo en torno a su figura.
Aparecen además conceptos como “Libertad Avanza”, “Espert”, “Trump” y “Estados Unidos”, que reflejan el carácter identitario e ideológico del universo libertario, fuertemente influenciado por referencias externas. En el polo opuesto, términos como “Kirchnerismo”, “Fuerza Patria” y “Provincias Unidas” confirman que incluso los espacios opositores construyen su discurso a partir del marco que impone el mandatario.
A diferencia de meses anteriores, el tono predominante en la conversación fue más político e institucional que emocional. Predominaron las menciones a “Congreso”, “Campaña” y “Candidatos”, por sobre las expresiones de enojo o sarcasmo.
La comparación con Donald Trump se consolidó como un código compartido entre seguidores y detractores. Para unos, representa al líder que desafía al sistema; para otros, una caricatura que profundiza la grieta. En cualquier caso, la referencia refuerza la proyección simbólica internacional del presidente argentino.
El estudio advierte que el principal riesgo de esta centralidad es la saturación de su figura. En la conversación digital, Milei se volvió sinónimo de todo lo que ocurre en la Argentina: cada acierto, conflicto o error del Gobierno se deposita directamente en su imagen personal.
La palabra “Gobierno” ya no designa a una estructura, sino a una persona. Y en ese espejo, Javier Milei se refleja como el único protagonista de una conversación que lo sostiene, lo desgasta y lo define al mismo tiempo.