La historia sobre el predio que el gobierno porteño le cedió en comodato, por 40 años, al Club Atlético Atlanta, en el que se instalará el microestadio cubierto más grande del país, “Buenos Aires Arena”, viene de larga data.
A mediados de mayo los "Vecinos Autoconvocados de Villa Crespo contra el Megaestadio Arena" volvieron a denunciar que el Gobierno de la Ciudad "es cómplice en la construcción de este emprendimiento impulsado por el diario La Nación en sociedad con la multinacional AEG Worldwide, el cual está viciado desde su origen por numerosas irregularidades y además tendrá nefastas consecuencias para la vida del barrio".
Esta vez, a través de diaspositivas los vecinos buscan desmarscarar la información que la empresa encargada de la explotación del microestadio más grande de Argentina reparte en el barrio sobre las normativas, los cortes de calle, el trabajo, la seguridad y la limpieza de la zona.
Como relató Revista Qué en su edición #129, arrastra un fin de irregularidades políticas y económicas relacionadas con las maneras en las que se gestó el proyecto, y en cómo se modificaron algunas normas para que la construcción de un microestadio sea viable sin consultar a los vecinos.
Los habitantes de Villa Crespo (comuna 15) no se quedaron de brazos cruzados cuando vislumbraron que tamaña obra modificará de manera radical la fisonomía del barrio y su estilo de vida, además de violar la ley de leyes de porteña.
Por esta razón, vecinos autoconvocados, en conjunto con la Fundación Ciudad y el patrocinio del Observatorio del Derecho, realizaron una Acción de Amparo colectivo para solicitar la nulidad de los permisos ambientales otorgados para la construcción y funcionamiento del Estadio Cubierto de Atlanta y la obra quedó judicializada.
Es que el microestadio tendrá 28.715 metros cuadrados (11.357,50 m2 más que los del proyecto original), capacidad para 16 mil personas, y no contará con estacionamiento propio.
Lo cierto es que cuando se construyen estos espacios de grandes magnitudes, se hacen en las periferias de las ciudades (como los estadios Arena montados en Nueva York, Berlín, Madrid y recientemente el de Montevideo) para evitar inconvenientes sociales y ambientales, que suelen generarse por el gran flujo de circulación de personas.
Para este tipo de obra existe una reglamentación, que obliga a que todos los proyectos que superen los 5 mil metros cuadrados deben pasar por una instancia llamada Estudio de Impacto Ambiental, y cuando el proyecto se considera de “impacto relevante” debe pasar por una audiencia pública. Sin embargo, la Agencia de Protección Ambiental (APRA), categorizó la obra "sin relevante efecto ambiental”, y evitó la audiencia pública. |